El mercado del arándano, cada vez más competitivo

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Con cada vez más actores, el escenario hoy en día es de alta competitividad, donde el estándar de calidad se resume a pocas cosas: full color, firmeza, turgencia, sabor y shelf life. Juan González de GCS Europa analizó el mercado, cada vez más competitivo, del arándano y cómo ella afecta la percepción de la calidad.

Europa debería ser teóricamente el mejor mercado para los arándanos: tiene 500 millones de habitantes, 27 países con 27 culturas de consumo totalmente diferentes, y un nivel de ingreso por familia bastante alto, por lo que hay un poder adquisitivo interesante para este tipo de producto. Juan González es Gerente General de GCS Europa, una empresa ubicada en Bruselas, Bélgica, dedicada a prestar servicios de control de calidad en diferentes lugares de Europa, sobre todo en puertos, aeropuertos y en las cámaras frigoríficas de los importadores. González señaló, durante su presentación en la 9na. Jornada Técnica Regional en Arándanos organizada por APAMA, que “hemos observado cómo el crecimiento del consumo de arándanos se ha acelerado e incluso, se va a acelerar de manera exponencial en los próximos años, porque en países donde antiguamente el consumo era muy limitado, hoy producen e importan, como es el caso de Polonia y Francia. Son nuevos mercados que se abren y que se van involucrando en el negocio y, en ese sentido, es una buena noticia. Otros países como Ucrania y Bosnia Herzegovina, que no son todavía grandes indicadores de volumen, pero sabemos las pretensiones que tienen de ser operadores importantes”. También destacó el caso de Marruecos, que González incluye dentro de Europa, ya que muchas empresas españolas que producían frutillas han generado una reconversión al arándano, encontrando ventanas de producción interesantes en el país africano.

España produce grandes cantidades de fruta, pero tiene un solo mercado que es el de Europa, motivo por el cual baja el precio constantemente para tratar de ser el más competitivo, llegando a 4.20 euros puesto en planta del importador. “Lamentablemente, una serie de factores hacen que en Europa se desvirtúe el precio real de producción. España trasladó algunas malas prácticas de las fresas hacia los arándanos”.

En un escenario de alta competitividad, ¿el sabor importa?
En las 2 ventanas comerciales aparecen cada vez más oferentes. En la primera ventana, que es la que va de septiembre a diciembre, entraba Argentina, seguido por Uruguay, Sudáfrica, Perú y hoy en día, Holanda y Polonia consiguen tener arándanos hasta mediados de octubre. “Es una práctica que se llevó a cabo en 2017. Polonia lleva su fruta a Holanda y se guarda en cámaras de atmósfera controlada, que se abren a mediados de octubre”. De manera que hay una concurrencia de países muy importante y, sobre todo, con mucho volumen. A esto se suman, desde este año, con volúmenes pequeños pero significativos, Kenia y Zimbabue. “Es importante saber que estos países gozan de privilegios económicos de las Naciones Unidas, la FAO y de la Unión Europea, que ven el incentivo a la producción agrícola como una forma de contener la inmigración y generar nuevas expectativas económicas para las poblaciones locales. Esto, hay que tenerlo en cuenta porque significa que cada vez tendremos más actores y si no los vemos venir, nos complicarán cada vez más”.

Durante la segunda ventana está Perú, seguido nuevamente por Marruecos que cubre prácticamente toda la ventana hasta junio y con fruta cosechada 6 días antes, que da una garantía post cosecha y una vida útil capaz de aguantar las fluctuaciones del mercado. A partir de mediados de febrero está España, seguido por Portugal, con la mejor calidad dentro de los productores europeos y muy apreciado por los supermercados tanto por el sabor como por la firmeza de la fruta, Holanda, Alemania y Polonia. Nuevos países: Serbia y Rumania.

Lo que hay que hacer es mostrar que somos muchísimo más capaces de lo que estamos haciendo ahora. Dentro de un escenario de máxima competitividad, el estándar de calidad se resume a pocas cosas: full color, firmeza, turgencia y shelf life”. Pero, entonces ¿el sabor importa? En la actualidad hay una gran competencia entre los supermercados en Europa y una nueva modalidad que son los “supermercados de proximidad”, más pequeños y más cercanos al consumidor. Todos buscan destacarse sobre la competencia, y para ellos se establecen diferenciaciones en el sabor. “Yo creo que es importante, pero los importadores dirán que más importante es el precio.

Tendencias para los próximos años

  1. Mayor competitividad entre productores europeos y extra europeos: cada vez más, la producción local europea tendrá mayor espacio en el mercado y ciclos de producción más amplia, la cual chocará con la producción de ultra mar, salvo que los volúmenes de consumo aumenten y entonces, el consumo sea mayor que la producción.
  2. La capacidad de conservación de la fruta europea va a ser cada vez más larga.
  3. Los nuevos países completarán la oferta de Polonia. Hemos visto que Ucrania, Bosnia Herzegovina, Bielorrusia, son países que no estaban presentes y ahora están aportando producción a los mercados.
  4. La compresión de precios puede ser una tendencia a futuro.
  5. Si no aumenta el consumo, habrá un traslado de la producción que antiguamente se enviaba a Europa, a otros mercados. “Habrá que ver qué mercados serán los más oportunos y si no vamos a trasladar también parte de la competencia que se está dando en Europa, hacia esos mercados”.

Reflexiones: ¿Es la industria, una industria objetiva?
Todos los países europeos que producen han sabido desarrollar un mercado interno. Países que producen, crecen sobre su mercado nacional, cuya demanda hasta los obliga a importar. Sucedió en Polonia, Estados Unidos, China, pero no sucede en América Latina. “En Chile, hoy día una caja de arándanos en góndola cuesta aproximadamente USD 50. Si seguimos manteniendo el precio del arándano en nuestros mercados locales, como si fuera un producto elitista, nunca crearemos mercado, y vamos a depender permanentemente de los demás. En todas las discusiones que hemos tenido sobre calidad, la mea culpa que se hace es que no hay un plan B o C para nuestros arándanos, entonces cargamos todo y exportamos todo, sabiendo que no toda la fruta tiene la calidad que requiere la exportación. Ese 10-15% de fruta que no sirve, es la que hunde toda la imagen de la industria país”. Para González, poder suplementar el mercado interno permitiría canalizar la fruta que tiene menos post cosecha, desarrollar mejor el consumo y eventualmente hasta importar de otros orígenes, posicionándonos en una relación distinta a los otros mercados.

¿Somos una industria con suficiente madurez?
“Yo creo que sí, en algunos casos, y no, en otros. Estamos echando vistas al mercado chino, donde tenemos que llegar con contenedores marítimos, y aun no nos animamos a mandar contenedores a Europa porque no sabemos el resultado”. González enfatizó en la necesidad de hacer pruebas y estudios en conjunto para preparar a la industria para los desafíos que traen los nuevos mercados, trabajando sobre la post cosecha y desarrollando todas las virtudes que tiene el arándano. “Es hora de trabajar con los profesionales que mejor nos pueden conducir”.